El reto planteado a los alumnos del IED Torino era diseñar un vehículo de dos plazas divertido y funcional, es decir, práctico y emocionante para los pasajeros. El referente histórico fue el dune buggy, un icono de los años 60-70 que encarnaba el anhelo de libertad y diversión en un todoterreno sin restricciones. Además, el modelo también se aplicó en los sectores profesional y militar.
Cincuenta años más tarde, los estudiantes fueron desafiados a repensar este vehículo para transmitir valores atemporales a través de una fórmula y una arquitectura distinguidas.