Año académico
2021
Según un estudio realizado por la Universidad de Edimburgo, cada año se desperdician en el mundo 116 millones de toneladas de productos lácteos, lo que representa el 16 % de la producción mundial. Se estima que, en la producción de queso, por cada 1.000 l de leche se obtienen 100 kg de queso y aproximadamente 900 kg de suero. ¿Qué pasaría si a este desperdicio de alimentos se le diera un nuevo uso?
De este escenario nació PLASTILK, un nuevo material obtenido a partir de la caseína, un residuo del suero, y de su unión con diferentes otros tipos de aglutinantes naturales o químicos (harinas, restos de alcachofa, etc.).
El resultado de la experimentación es una masa moldeable con características similares a las del plástico. La idea es proponer nuevos envases o nuevos productos generados a partir de este residuo, transformando la caseína en un material duradero y útil.
La posible implantación de este material en el mundo del packaging o en el sector del juguete infantil abre las puertas a nuevos horizontes.