¿Qué se entiende exactamente por «diseño sostenible» y cómo puede revolucionar nuestra forma de pensar?
Fecha
17 junio 2024
¿Qué se entiende exactamente por «diseño sostenible» y cómo puede revolucionar nuestra forma de pensar?
En el mundo actual, las cuestiones que atañen al medio ambiente y a la crisis climática están a la orden del día, a tal punto que el diseño, al igual que la moda y la arquitectura, ha empezado a asumir un papel crucial para guiar a la sociedad hacia un futuro más consciente y sostenible.
El diseño sostenible representa un cambio de ruta con respecto al diseño tradicional, que va más allá de la mera estética y funcionalidad del producto. Esta visión implica varias esferas de competencia, entre las cuales se encuentra el diseño de productos e interiores, el diseño gráfico, el diseño de moda y la comunicación. Se trata de un enfoque innovador que requiere una profunda comprensión del impacto medioambiental y social asociado a cada fase del ciclo de vida de un producto, incluyendo el tratamiento de la materia prima, la producción, el transporte, el uso, el reciclado y la eliminación del material.
Esta evolución no se limita únicamente a pequeños nichos de mercado, sino que se ha convertido en una tendencia en común entre grandes multinacionales y empresas emergentes innovadoras y refleja un creciente reconocimiento de la importancia de la sostenibilidad en el panorama industrial global. Son muchas las marcas que con el tiempo han adoptado este enfoque, dando siempre mayor prioridad al uso de materiales reciclados y ecosostenibles, no solo como resultado de la concienciación, sino también por la creciente sensibilidad demostrada por las personas en relación con este tema.
Aumentar la transparencia, hacer partícipes activamente a los consumidores en la historia del producto y demostrar (y saber contar de forma correcta) el desarrollo de este mediante prácticas más ecológicas son aspectos que pueden reforzar en gran medida la imagen de la marca y estrechar aún más el vínculo entre la empresa y el público. El equilibrio entre estética, funcionalidad y responsabilidad medioambiental se convierte así en el núcleo central del diseño sostenible, en el que el producto se concibe no solo para satisfacer las exigencias de las personas, sino que además contribuye a un consumo más consciente y con menos impacto en el medio ambiente.
Esta visión se aplica también al diseño de espacios públicos y privados, interiores y exteriores, donde la sostenibilidad se convierte en un elemento central. Diseñar ambientes de este tipo significa crear lugares para las personas capaces de responder a sus exigencias funcionales y estéticas, sin dejar de lado el bienestar y el respeto al medio ambiente.
Con el tiempo, la adopción de materiales y procesos de producción ecológicos, como los materiales reciclados, renovables y biodegradables, se ha hecho fundamental para reducir el impacto medioambiental. Así, muchos diseñadores se han acercado a esta nueva filosofía, experimentando con plásticos reciclados, madera certificada, fibras naturales como el bambú y bioplásticos derivados de almidones vegetales.
Paralelamente, los procesos de producción también evolucionan para hacerse más sostenibles a través de nuevas técnicas de elaboración como la impresión 3D, que permite crear objetos con precisión, minimizando los residuos, y la fabricación aditiva, capaz de transformar el material de forma selectiva y solo cuando es necesario.
En el sector de la moda, la sostenibilidad de la cadena de producción se ha convertido en una prioridad absoluta. Adoptar soluciones ecológicas a lo largo de toda la cadena de producción, desde la elección de la materia prima hasta la fase de embalaje, es esencial para reducir el impacto medioambiental global. Hoy en día, las propuestas de formación en el ámbito de la moda se centran precisamente en estos aspectos para formar a los diseñadores del mañana y que estos sean capaces de comprender y aplicar prácticas sostenibles en cada paso del proceso creativo y de producción.
Un concepto clave en este contexto es el de Design X Commons, que se centra en la creación de soluciones que respondan no solo a las necesidades individuales, sino también al bien común, promoviendo el uso responsable de los recursos y la sostenibilidad social. El design for commons supone además un enfoque colaborativo e inclusivo, en el que las soluciones de diseño se desarrollan con la participación activa de las comunidades locales y de las partes interesadas, para garantizar que los beneficios se distribuyan de forma equitativa y que las prácticas sostenibles se incorporen en cada fase del proceso.
El concepto de economía circular está estrechamente vinculado al diseño sostenible. Se trata de un proceso que apunta a mantener los productos en uso el mayor tiempo posible y en el que, a diferencia de los ciclos de vida lineales que terminan con la eliminación de los productos, una vez concluido su uso, estos se reutilizan y se reciclan de forma continua a lo largo de los años. Con este enfoque se pueden reducir los residuos y optimizar el uso de los recursos, creando un sistema de producción más eficiente y sostenible a lo largo del tiempo.
Un aspecto clave de la economía circular es el design for disassembly, una técnica que consiste en diseñar productos intuitivos y rápidos de desmontar, con el objetivo de facilitar la reparación, la reutilización y el reciclado de los componentes. De esta forma, se puede prolongar la vida de los productos y reducir la necesidad de uso de nuevas materias primas. Un ejemplo concreto son los dispositivos electrónicos con componentes modulares que pueden sustituirse o actualizarse fácilmente, para evitar la pérdida de eficiencia del producto.
Otro aspecto fundamental que hay que tener en cuenta al producir un diseño sostenible son las necesidades y expectativas de las personas a las que este se dirige. Para responder de manera concreta a las exigencias de los consumidores, es esencial impulsar y cuidar la accesibilidad y la inclusividad del proyecto, para asegurar que los productos puedan ser utilizados por un público amplio. La ergonomía es un aspecto crucial en este ámbito: los productos deben ser cómodos, seguros e intuitivos, y el diseño inclusivo debe impulsar la diversidad cultural y social a través de soluciones estratégicas que respondan a las exigencias de los distintos grupos de usuarios.
Considerar estos aspectos mejora la calidad de vida de los usuarios e incentiva a la vez un uso más responsable y prolongado de los productos, lo que reduce la necesidad de sustituciones frecuentes y promueve una cultura de sostenibilidad y responsabilidad.
Las tendencias en el diseño sostenible están evolucionando con un número creciente de empresas que adoptan prácticas de producción innovadoras como el upcycling y el diseño biomimético. En el primer caso, se trata de una práctica que transforma materiales de desecho o productos obsoletos en nuevos objetos de valor; mientras que el segundo consiste en una técnica que se inspira en procesos naturales para crear soluciones sostenibles.
Algunos ejemplos prácticos de empresas que han adoptado y mantenido estas prácticas son Patagonia e IKEA. Patagonia, célebre por su compromiso con la sostenibilidad, utiliza materiales reciclados para sus productos y fomenta la reparación y el reciclaje de los mismos, mientras que IKEA ha adoptado soluciones circulares de amueblado, con muebles modulares y reciclables. Estos ejemplos demuestran cómo la innovación y la sostenibilidad pueden, y deberían, ir de la mano, con el objetivo de plasmar un futuro más ecológico y responsable.
También el IED se compromete a educar a las generaciones actuales y futuras de diseñadores mediante una formación en diseño específica que integre los principios ecológicos y la responsabilidad social en el proceso creativo de la producción. Si deseas ahondar en las técnicas de diseño sostenible y aplicarlas a tu trabajo, encontrarás una amplia gama de trayectorias formativas que te ayudarán a desarrollar competencias innovadoras y sostenibles.