Sal que cura. Aina Bennasar. Máster en Diseño de Moda IED BARCELONA

Fecha

20 agosto 2024

Los estudiantes del del Máster en Diseño de Moda del IED Barcelona han presentado sus colecciones finales inspiradas en muy diversas temáticas

Diseñar una colección de moda va mucho más allá de crear una serie de prendas con las que cubrir nuestros cuerpos. Se trata de un elaborado proceso que parte de una idea creativa que se expresa en el resultado final a través de la elección de siluetas y volúmenes, líneas y cortes, carta de tejidos y colores, uso de complementos, etcétera.

A finales de julio, los estudiantes del Máster en Diseño de Moda del IED Barcelona han presentado sus colecciones finales inspiradas en muy diversas temáticas. Con propuestas muy interesantes que han evocado desde la nostalgia por la infancia y sus mundos de fantasía –mediante tejidos transparentes y fluidos, tonos pastel rosados y beiges y faldas abullonadas–, hasta trabajos que exploran los espacios seguros de salud mental –como el propio dormitorio–, con unos looks muy voluminosos y en tejidos técnicos, en referencia a la ropa de cama.

La lucha interior contra nuestros propios demonios, representada con prendas en unos claustrofóbicos negro y azul marino, en contraposición con blancos y beiges esperanza, ha sido otra de las doce excelentes propuestas presentadas con un alto nivel creativo y de ejecución.

LAS TEMÁTICAS DE LAS COLECCIONES REFLEJADAS EN LAS PRENDAS

“Serenata”, María Cristina Latino. Historia de un amor no correspondido. Con una estética romántica, gasas y organzas, la estudiante mezcla volúmenes subidos en los primeros looks en contraste con manipulaciones más bajadas en los siguientes, según supera las fases del desamor.

“Crisol”, Rosario Fertig. Sus looks reflexionan sobre la influencia de los orígenes culturales y la complejidad de las relaciones humanas en la creación de la identidad a través de la figura de las mujeres de su familia. Para saber quiénes somos, hemos de saber de dónde venimos. Con colores sepia que evocan ese pasado de fotos antiguas y tejidos técnicos como referencia a las nuevas generaciones.

“Saudade”, Joana Roscheck. La colección ofrece una visión nostálgica de la niñez de la estudiante en Brasil, con el océano y la flor de Hibiscus como centros de interés. Con colores naturales que representan la naturaleza, transparencias en vestidos con satén que reflejan el sentimiento de libertad y prendas en punto y crochet en referencia a la playa y el mar.

“Spotlight”, María del Mar Valle Fernández. La estudiante nos habla de la percepción ajena de su relación con la moda durante la adolescencia mediante una paleta de colores fuerte (negros, destellos de violeta y plateados), cuero, encajes y pelo gris. Los vestidos y conjuntos son cortos y atrevidos, destacando una cazadora de piel con falda de metacrilato con cadenas.

“Cozy”. Ivonne Vilagrà Martínez. La estudiante realiza un trabajo personal sobre el safe place, tomando la cama como centro de paz donde podemos combatir la ansiedad. Traslada el concepto de confort y de calidez a las texturas habituales de un dormitorio, usando tejidos livianos como las sábanas y lanas en punto para transmitir sensación de abrigo y volumen en referencia a las colchas. La carta de color –mezcla de tonalidades neutras con grises–  recuerda el momento en que nos vamos a dormir.

“Spell”, Silvia Gómez Ariola. Una colección nupcial inspirada en las divas del Hollywood de los 50 y 60, llena de glamur, misterio y cinturas muy marcadas al estilo de Dior. Son diez vestidos de novia y dos capas, elaborados con los mejores tejidos: seda salvaje, tul, mikado, gasa de seda o piel de ángel. La propuesta explora las posibilidades del patronaje con el uso de godets, la manipulación textil con finas jaretas o los drapeados.

“Ego, Nemesis”, Daniel Borràs Gutiérrez. Colección inspirada en la estética surrealista que profundiza en la experiencia personal de convivir con TOC. La carta de color, con predominio del negro, incluye contrastes de luz, rojos –para expresar la violencia– y grises –el vacío–. El estudiante usa materiales ecológicos, reciclables y veganos como cuero de hoja de piña, e imprime el poema de Sylvia Plath, “Tulipes”, en una chaqueta que alude a este elemento de contención usado en instituciones mentales.

“Kodak Gold”, Adriana Codina Clavaguera. Inspirada en el poder de la foto analógica y cómo esta revela recuerdos que solo pueden aparecer gracias al poder transformador de la luz. La estudiante emplea un total de 12 tejidos y 4 tipos de hilos diferentes con diferentes texturas, estructuras y transparencias para crear un efecto envolvente y de capas. Con colores neutros combinados con terracotas, naranjas, verdes y rosados que recuerdan al amanecer y atardecer.

“Sal que cura”, Aina Bennasar Collado (ver foto portada. Fotografía: Antonia Heredia Ferrà). Inspirada en la isla de Cabrera (Baleares), esta colección, que bebe del imaginario de Iris van Herpen, busca reproducir ese instante de flotación cuando sumergimos en el agua. Con una paleta de colores en tonos blancos, blancos rotos, crudos y degradado de azul y beige. La carta de tejidos incluye transparencias (organzas, gasa de seda) y tejidos técnico como nylon para generar movimiento. Con elementos como mangas en plisado acordeón y estampado digital de azules.

 “La vida secreta de un maricón americano”, Sebastián Elbers Chávez (ver proyecto)

“Ascidia”, Maria Esther Almeda (ver proyecto)

“Dreamland”. Elena De Uña Álvarez (ver proyecto)

 

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