A la hora de comunicar hay muchas formas de expresar un mensaje, y curiosamente uno de los menos valorados es la ilustración, pero ¿cuántas veces has escuchado “una imagen vale más que mil palabras”?
Fecha
11 mayo 2022
A la hora de comunicar hay muchas formas de expresar un mensaje, y curiosamente uno de los menos valorados es la ilustración, pero ¿cuántas veces has escuchado “una imagen vale más que mil palabras”?
Esta conocida frase se le atribuye al dramaturgo Henrik Ibsen alrededor del año 1900 y desde entonces ha habido innumerables estudios neurocientíficos que avalan dicha expresión, como que el cerebro humano comprende antes una imagen que una explicación verbal.
Vamos a poner un ejemplo simple: cuando subimos a un avión, las azafatas nos explican mediante movimientos y megafonía qué hacer en caso de emergencia, pero por todos es sabido que entre los nervios, el ruido y el poco interés de la coreografía, no habrá más de tres o cuatro personas haciéndoles caso. Por ello, las aerolíneas ilustran todos los pasos en cada asiento para que, en un momento de lucidez, el pasajero las asimile bien.
De la misma forma, las diferentes señales de tráfico son universales en todos los países, la forma, la combinación de colores y la imagen, son muy sencillas de entender; igual que en las aplicaciones móviles, los botones “borrar”, “compartir” y “volver atrás” siempre son los mismos. Ilustraciones muy básicas que lo dicen todo, sin necesidad de explicación.
Cuando somos pequeños, se nos enseña a leer textos, pero se les acompaña de imágenes que sirvan de apoyo para entender la palabra y como gancho, pues una imagen atractiva genera interés en el texto, como ocurre con la venta de libros o periódicos con la portadas o en la de otro tipo de artículos, normalmente se compra lo más atractivo y no lo más útil (de ahí la otra expresión “te entra por los ojos”).
La ilustración es una poderosa herramienta plástica y creativa para comunicar, y está presente en publicidad, en aplicaciones, juegos, ropa, etc. Y no deben ser consideradas como un complemento del texto, pues tienen una lectura en sí misma.
La formación en esta disciplina no es un aprendizaje a técnicas de dibujo o a utilizar determinados programas informáticos, es toda una estructura de conocimientos para aprender a hacer llegar mensajes y que se queden grabados en nuestros pensamientos.
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