Fecha
13 marzo 2025
Hablar de moda sostenible y circularidad sin mencionar a Adele Orcajada es dejar fuera una de las voces más influyentes en el sector. Con una trayectoria que la ha llevado a la investigación de nuevos materiales y la consultoría en sostenibilidad, su evolución profesional es un reflejo de la transformación que está viviendo la industria.
Actualmente, como coordinadora del Máster Oficial en Diseño de Moda Sostenible y Circularidad en IED Kunsthal Bilbao, impulsa la formación de una nueva generación de diseñadores capaces de afrontar los desafíos del sector con una visión integral.
¿Cómo ha evolucionado tu visión sobre la moda circular a lo largo de los años?
Cuando empecé a trabajar en moda, lo hice en las grandes marcas de fast fashion, donde, en realidad, aprendí todo lo que no teníamos que hacer.
Mi primer paso fue meterme en el comercio justo. Participé en un par de proyectos con comunidades indígenas de Sudamérica y entendí mejor la relación con la naturaleza y el rol que esta juega en el desarrollo de nuevos materiales. Es algo en lo que aún a día de hoy sigo formándome. Esta es una disciplina emergente y todos los que participamos en ella estamos juntos creando algo nuevo.
¿Qué papel juegan los nuevos materiales en la transición hacia una moda verdaderamente sostenible?
Sin duda son el factor clave. El material es lo que extraemos de la tierra y cómo lo transformamos definirá si podemos devolverlo a ella. Por ejemplo, ahora estamos desarrollando plásticos biodegradables a partir de maíz, lo que demuestra que el problema no era el material en sí, sino el proceso químico que hemos llevado a cabo con él.
En tu experiencia, ¿la sostenibilidad es una prioridad real o todavía hay muchas barreras estructurales en el sector?
Diría que en los últimos cinco años la percepción del consumidor y su conciencia sobre la materia ha cambiado muchísimo. Y también es verdad que hay una nueva generación de marcas con conciencia que están liderando la transición, pero las grandes necesitan presión regulatoria para moverse en esta dirección. Ahora mismo, algunos gigantes del fast fashion están desechando la ropa que les devuelven los consumidores porque para ellos resulta más barato que reincorporarla al stock.
Cada vez se habla más del concepto de “moda regenerativa” ¿Crees que este es el siguiente paso en el desarrollo de la moda circular?
Totalmente. En la sostenibilidad hablamos de mantener un equilibiro, pero ahora ya vamos tarde para ello: ya hay un agujero negro, ya están los mares contaminados. Por eso la regeneración tiene que ser nuestro objetivo: por ejemplo, un biomaterial cuyos nutrientes fertilicen la tierra al desaparecer.
Cada vez más diseñadores buscan especializarse en moda circular. ¿Por qué crees que es fundamental contar con una formación específica en esta área?
Además de ser una necesidad ética, es una realidad inminente: la Unión Europea ya tiene una legislación textil en marcha que exigirá a las marcas adaptarse a estos cambios en los próximos años. Por lo que las empresas van a necesitar profesionales que no solo conozcan las regulaciones, sino que integren la sostenibilidad en la práctica del diseño.
¿Qué habilidades se trabajan en el Máster Oficial en Diseño de Moda Sostenible y Circularidad de IED Kunsthal para que los estudiantes estén preparados para la realidad del sector?
Precisamente la palabra clave es realidad. No se trata solo de estudiar valores, ética o legislación, sino de formar profesionales que puedan ser agentes de cambio. Diseñadores que sepan elegir materiales, crear patrones sin generar desechos y entender el impacto real de la industria. Capaces de entender de qué manera pueden aportar con su creatividad a unos diseños que además sean sostenibles en el tiempo.
¿Cómo ves la relación entre tecnología y sostenibilidad en moda?
Es una magnífica herramienta. La impresión 3D o los softwares como el CLO 3D que se trabajan en el máster, nos permiten prototipar de manera más rápida para ver si algo funciona, gastando mucho menos en muestras, energía y en toda esta parte previa al producto final.
Pero, además, la tecnología es una vía para la innovación, provoca al diseñador para que desplace sus límites creativos a través de nuevos recursos que antes no tenía. Este es un terreno para intrépidos y exploradores.
¿Cuál es el mayor reto que enfrenta la moda sostenible en la próxima década?
Conseguir que todos los biomateriales se igualen en términos de durabilidad, abrigo, elasticidad, etc. a los que ya utilizamos.
¿Y que se igualen en precio?
Sí y no. Debemos ser conscientes de que los precios del textil han bajado de manera tan artificial, que hemos desvirtuado el valor de las cosas. Pero, por supuesto que debemos producir textiles a precios que permitan vestirse dignamente.
Por eso el desafío es multifactorial:
Por parte de los diseñadores equiparar la tecnología de materiales regenerativos con los que ya utilizamos.
Por parte de la sociedad, regresar a un consumo más responsable.
Y, por parte de la industria, frenar la carrera de la facturación exponencial a coste de nuestro planeta.