Escuela de Diseño
Como una luz en un escenario, el diseño ilumina los problemas actuales, buscando soluciones y confrontaciones
El principio del diseño pensado para las personas -Human centered design- está en el punto de mira debido a un nuevo paradigma en el que el ser humano ya no es el único actor sino que se convierte en uno de los múltiples componentes de un gran ecosistema. El diseño debe reflexionar y operar en este nuevo contexto.
Humanos, naturaleza y tecnología son los componentes de este ecosistema y sus múltiples interacciones generan los campos de investigación del diseño del futuro. De los objetos a los servicios, de los espacios a las experiencias, de los vehículos a la movilidad… la transición es inmaterial e imparable.
En el IED nos cuestionamos qué papel puede desempeñar el diseño en esta complejidad, en la regeneración de las conexiones perdidas y en la creación de otras nuevas.
Sin negar el diseño de objetos que distinguió las primeras etapas de la historia del diseño, ni el diseño de servicios y experiencias que ha marcado su desarrollo, el principal reto recae en planificar las interacciones entre sistemas complejos y conectar competencias aparentemente distantes para permitir un desarrollo social, ecológico y tecnológico sostenible.
Somos una Escuela de Diseño y diseñar significa generar un impacto: debemos preguntarnos cuál es el alcance y la naturaleza de ese impacto sobre el planeta en el que vivimos y sobre las personas y otras especies vivas que lo habitan con nosotros y, en general, respecto de todo lo no humano —máquinas incluidas—.
Las tecnologías en nuestra escuela son un medio expresivo y una herramienta para diseñar: también deben convertirse en objeto de pensamiento crítico, para comprender sus límites e implicaciones con respecto a la forma en que miramos la realidad y nos relacionamos con ella, a nuestra capacidad creativa, a las lógicas de poder, a los peligros para la salud (física y mental) y al planeta.
Solo con la conciencia de esta nueva perspectiva podrá el diseño volver a impregnar los procesos productivos industriales y no industriales de todos los sectores de producto en cuanto a contenidos, lenguajes, códigos expresivos y formales y aspectos técnicos y funcionales, para seguir generando innovación, deseo, usabilidad y viabilidad de los resultados.
Diseñadores, creadores, usuarios, humanos y no humanos son los protagonistas de esta nueva fase. Bienestar, biotecnología, ciudad, fabricación digital, experiencia, ética energética, inclusividad, interacciones, materiales, movilidad, servicios, sociedad, respeto, espacio, transición y transformación son las palabras clave que le acompañan.
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